miércoles, 14 de marzo de 2012

El Recinto y el Aire Libre: La Saga de los Confines y la filosofia

Existen libros que son mundos en sí mismos. O quizás sea más preciso decir que hay libros que resuenan con nuestros mundos internos de manera única.

Para mi uno de esos libros-mundo es La Saga de los Confines, de Liliana Bodoc y que recientemente volví a leer. No solamente son libros bellísimos sino que por circusntancias biográficas tienen mucha significación para mi. 


Para los que no la leyeron, mientras solucionan ese déficit mayúsculo en sus vidas, es una saga fantástica inspirada en sensibilidades americanas precolombinas, y cuenta una historia análoga al “descubrimiento” y conquista de América, y una lucha épica contra el Odio Eterno. El estilo es único en su textura y belleza, la interpretación que hace de la fantasía épica me tomó desprevenido más de una vez y la sabiduría y riquísimas ideas que destila son innumerables.

Hoy me quiero detener en una sola cosa del mundo construido por Bodoc: en la Cofradía del Recinto y la Cofradía del Aire Libre. La magia (o más bien sus practicantes y los sabios) están divididos en estas dos filosofías. La escuela predominante en las tierras antiguas es la llamada Cofradía del Recinto, que creen que la Sabiduría es la carga de los sabios, que ellos deben velar por ella y elevarla por encima del común de los mortales. “Las Criaturas duermen porque los Sabios se desvelan” suelen decir.

Antiguamente un grupo disidente se marcho hacia las Tierras Fértiles, bajo la creencia de que todas las criaturas del mundo poseen la misma dignidad y valor, que un Brujo vale lo mismo que un pájaro, un nacimiento humano equivale a una floración. Adoptando el nombre de la Cofradía del Aire Libre, se convirtieron en el “paradigma” dominante de las Tierras fértiles, donde la Magia implica y depende de la unidad y hermandad de todas las criaturas.

Estas dos Cofradías aparentemente opuestas estan unidas dialéctica y misticamente. Un tema recurrente, sobre todo en lo que respecta a los sabios de ese mundo es la tension entre la humildad y el orgullo, siendo este último uno de los caminos que llevan a sucumbir al Odio Eterno y Misáianes. Otra tension gemela es la del liderazgo y el abandono. El Aire Libre y el Recinto, cada una a su manera, valoran enormemente el servicio a los demas y el sacrificio por el bien mayor, aunque con énfasis diferentes. El Aire Libre en su conviccion de la igualdad en dignidad de todo lo existente ejemplifica mejor la humildad. El Recinto, en el desvelo de los sabios por cuidar de los demás, presentan una humildad vista a través del lente de la noblesse oblige del destinado a mandar. Conversamente los Sabios del Recinto, corrompidos o no por Misáianes, parecen tener mucho mas presente su funcion de guía, mientras que el Aire Libre posee esa noción pero pasada pro el filtro de su humildad primordial.


Si bien hay que esperar tres libros hasta ver Magos del Recinto no corruptos por el Odio Eterno Bodoc es demasiado hábil para dejarse caer en un Aire Libre Bueno / Recinto Malo.  Las tensiones entre los puntos de vista se las deja correr libremente, enriqueciendo la trama y el mundo. Esa es una de las mayores fortalezas de la Saga. 




En la filosofia mas que en ningun otro lugar, el temperamento es Destino. Ser Plátonico o Aristotélico, Kantiano o Nietzscheano, del Recinto o con el Aire Libre depende muchisimo de nuestro carácter y casi nada de argumentos racionales. Incluso si el corazón de uno está con el Aire Libre no hay que olvidar que ser humano es mantener vitales esas tensiones en nuestras almas,en nuestras vidas. Evitar las respuestas cómodas, fáciles y definitivas, la chatura y la Nada que añora Misáianes para el mundo. Ser a la vez humildes y responsables. Unir la cabeza y la cola de la Serpiente.


Hago la ronda de la serpiente 
ronda que junta cabeza y cola.

Hago la ronda de la serpiente
que estaba partida
y se hizo redonda
. 


(Actualización: Ahora si pude incluir el maravilloso arte de Gonzalo Kenny)