Vivir el Mito
El de Scion es un mundo donde todos los mitos son verdaderos. Del Caos primordial surgieron los Titanes, poderes cósmicos, mundos en si mismos. Ellos engendraron al mundo los dioses y los seres humanos. Los Dioses, poderes que expresan conceptos y valores humanos, se alzaron contra los titanes y los aprisionaron, dejando un mundo donde el hombre fuera la medida de todas las cosas. Atados como estaban a la humanidad por las hebras del Destino, nunca dejaron de interferir en nuestros asuntos, y tampoco dejaron de buscar amores entre los seres mortales. Sus hijos entraron y salieron de la historia de la humanidad, a veces en un total anonimato, otras veces en leyendas que resuenan hasta nuestros días.
Pero el mundo cambió. Los titanes escaparon de su prisión y ahora la batalla suena en todos los niveles del mundo. Y en esta batalla los Scions, los hijos mortales de los dioses, tienen un papel muy importante que cumplir. Los Scions van por el mundo defendiéndolo de los Titanes y su prole, además de llevar adelante los planes y difundir los ideales de sus respectivos panteones (o de salir debajo de la sombra de sus divinos progenitores, según la preferencia particular). Al final del camino se puede atisbar la promesa de alcanzar por si mismos la divinidad, sumándose a los poderes que conforman el Mundo.
La creación ficción puede concebirse como una zambullida interna hacia el inconsciente colectivo, como una rememoración, una aletheia. Ese reservorio gigantesco de imágenes, arquetipos y símbolos es puesto explícitamente a nuestra disposición desde la premisa misma de Scion.
En este mundo todos los mitos del mundo existen de una forma u otra, remixados desvergonzadamente y con gran deleite. El purismo mitológico suele quedar de lado frente al placer visceral de una hija de Freya y una hija de Hachiman peleando espalda con espalda contra una manada de Fenrir. la regla de lo cool reina suprema.
La consecuencia mas importante de esta actitud frente a lo mítico es que lleva directamente a una actitud de apropiación ante lo mítico. No se calcan las historias de diferentes panteones culturales, sino que se las actualiza y se las reinventa. Lo mítico no es tomado como algo dado sino como algo que necesita de la reinvención constante para existir como tal.
En el ADN de este juego también hay una proporción importante de la estética de los superhéroes moderno. Esto es deliberado, en tanto que lo superheroes son la encarnación mas reciente y popular del impulso creador de mitos del ser humano. Entonces en un juego basado en mitos milenarios la estética antigua y la moderna encajan perfectamente porque a la hora de la hora hay cero diferencia entre ambas.
El Telar del Destino
Una de las nociones centrales del juego es que el Destino es una fuerza tangible en el mundo, más aún para los seres míticos que están sintonizados con sus movimientos. Llámeselo Destino, Necesidad, Karma, Kismet o La Voluntad del Cielo, es una fuerza ante la cual los dioses mismos se inclinan.
El giro que encuentro más interesante y más fructífero es que esta vasta fuerza impersonal es producto de la humanidad en su conunto. El Destino es Narración, la lógica narrativa producto de la necesidad humana de dar sentido a los eventos del mundo, o alternativamente, la profunda conexión humana con la verdadera naturaleza del Cosmos.
Tal es la fuerza del Destino, de la Necesidad Narrativa que esta arrastra a los seres legendarios a historias que no tienen por que tener un buen final, basta que sean interesantes. Y cuanto mayor el poder de un ser cualquiera mayor es la fuerza de gravedad narrativa que se ejerce sobre otros, arrastrándolos a la órbita de sus propias historias, pero a la vez quedando inextricablemente enlazado a la historia que el protagonista escribe, pero con la co-edición constante del Destino. Así, pues, incluso los seres mas poderosos están irremediablemente sujetos a la maraña que es el inconsciente colectivo humano.
La Sustancia de la que están hechos lo sueños
Siempre fui un gran fan de las mitologías antiguas, mucho antes de entender por qué me gustaban tanto. En Scion convergen incitaciones directas a tomar de las fuentes del inconsciente colectivo con un ímpetu apropiador y actualizador. No se trata de escuchar o leer las historias, sino de hacerlas propias, actuándolas y trayéndolas a nuestro contexto actual. Claramente esta es la fortaleza de cualquier juego de rol bien entendido, pero en Scion este impulso encuentra una expresión muy explícita.
(Disfruten del arte de Genzoman, que utilice para ilustrar esta entrada. Pocos como él captan la vibra mítica)